Aunque fue víctima de amenazas y violencia, una madre originaria de Veracruz asegura que no dejará de buscar a su hijo, desaparecido hace tres meses en las inmediaciones de la Nueva Central Camionera de Tlaquepaque, Jalisco.
Sebastián, de 18 años, desapareció en septiembre tras viajar a Guadalajara con la esperanza de conseguir un empleo. Su última llamada fue desde la central, donde le informaba a su madre que un transporte lo recogería para llevarlo a una entrevista de trabajo. Desde entonces, nada se ha sabido de él.
Beatriz, su madre, se trasladó desde Veracruz a Jalisco para buscarlo. Tocó puertas, recorrió calles, pidió ayuda a las autoridades y se unió a otros familiares en búsqueda. Pero su insistencia le costó caro: fue amenazada de muerte y, semanas después, agredida por un grupo de personas que le exigieron abandonar la ciudad.
La violencia no solo le arrebató a su hijo, también la obligó a dejar el estado. Hoy, desde su lugar de origen, continúa con la búsqueda, impulsada por la esperanza y el amor que ninguna amenaza ha podido apagar.
Pese al miedo y la distancia, ella lo tiene claro: no piensa rendirse. Porque una madre no abandona, ni siquiera cuando la empujan a irse.






