Avalan proyecto de reforma para prohibir el uso de mamíferos marinos en espectáculos
  • Senado avala con modificaciones minuta de la reforma a la Ley General de Vida Silvestre.

 

El Pleno del Senado de la República avaló, con modificaciones, la minuta que reforma la Ley General de Vida Silvestre para prohibir la utilización de mamíferos marinos, como delfines, lobos marinos y orcas, entre otras especies, en espectáculos fijos o itinerantes.

Con una votación unánime de 99 votos a favor, la reforma al artículo 60 bis de ese ordenamiento precisa, además, que queda prohibida la utilización de mamíferos marinos en cualquier otra actividad cuya finalidad no sea la investigación científica, la enseñanza o propósitos de conservación y preservación.

También estipula la prohibición de capturar y reproducir estas especies bajo manejo intensivo, excepto cuando se realicen tales actividades con fines de reintroducción, repoblación o translocación de las especies.

La asamblea aceptó modificaciones al dictamen, propuestas por la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, por lo que el proyecto fue devuelto a la Cámara de Diputados.

Los cambios incluyen adiciones al artículo 60 bis y modificaciones a los artículos 47 bis, 122 y 127, así como a varias disposiciones transitorias de la ley.

Con tales propuestas, se precisa que a los predios y a las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre que manejen especies en forma confinada, se les retirará la autorización de aprovechamiento cuando se detecten inconsistencias en sus planes de manejo, en los estudios de población, en los muestreos o inventarios.

Además, las investigaciones que se permitan realizar a mamíferos marinos capturados deben realizarse o estar avaladas por una institución académica o de investigación, con registro oficial y contar con un protocolo autorizado.

Para el caso de las especies pertenecientes al grupo de los cetáceos, los ejemplares deben estar ubicados en corrales marinos y no en instalaciones de concreto, como alboreas y estanques; cuando no pueda hacerse esto, los cetáceos deben permanecer en instalaciones abiertas que reciban intercambio de agua del exterior, ya sea por flujo de mareas o por medio de un sistema de bombeo.

Para casos de contingencia, emergencia zoosanitaria o cualquier otra situación que ponga en riesgo o peligro a los ejemplares de mamíferos, los cambios plantean que deberán trasladarse de manera temporal a instalaciones sin contacto o comunicación directa con el mar, para garantizar su integridad.

Y estipulan que ningún ejemplar de primate, cualquiera que sea la especie, podrá ser sujeto de aprovechamiento extractivo, ya sea de subsistencia o comercial. Además, sólo se podrá autorizar la captura para actividades de restauración, repoblamiento y de reintroducción de dichas especies en su hábitat natural.

Asimismo, la senadora hizo precisiones sobre los requisitos y plazos que deberán cumplir los propietarios y poseedores de mamíferos a partir de la entrada en vigor de esta reforma.

La senadora Maki Ortiz Domínguez subrayó que esta medida hace honor a la reforma constitucional en materia de protección a los animales, que recientemente se avaló en el Congreso de la Unión.

Destacó que, gracias a ello, los mamíferos marinos que hoy participan en espectáculos serán la última generación destinada a ello; “durante décadas se permitió que los mamíferos marinos fueran pieza central de un modelo recreativo; sin embargo, ese éxito económico descansó en prácticas que la regulación contemporánea considera incompatibles con el bienestar animal”, añadió.

En representación de la Comisión de Estudios Legislativos Primera, la senadora Olga Patricia Sosa Ruíz, defendió que la modificación a la Ley General de la Vida Silvestre busca poner fin a una práctica que ya no tiene cabida en el desarrollo de nuestro país, además de que atiende una deuda pendiente.

“Si no generamos acciones para su preservación, podemos propiciar riesgos de extinción y, por ende, riesgos para el medio ambiente”, advirtió.

En la ronda de posicionamientos, Alejandra Berenice Arias Trevilla, de Morena, aseguró que los delfines no son la única especie que es objeto de maltrato y explotación, sino también están en riesgo el manatí, el lobo marino, la vaquita marina, entre otras especies, “todos seres que merecen protección efectiva y decidida”.

Jorge Carlos Ramírez Marín, del PVEM, expresó que esta reforma representa un acto de justicia, mediante el cual se evita que un ser vivo sufra por el simple hecho de que seres humanos quieran obtener ganancia y lucro a costa de ellos.

Del PRI, la senadora Carolina Viggiano Austria señaló que por años los mamíferos marinos han sido usados para el entretenimiento humano, se les ha confinado, entrenado y reproducido en cautiverio, sin considerar el daño que ello implica. “Esta práctica antes normalizada ya ha sido cuestionada por la ciencia, por activistas y por la sociedad; prohibir estos espectáculos es un paso firme hacia un trato más ético y respetuoso para los seres vivos con los que compartimos el planeta”, dijo.

La senadora Lizeth Sánchez García, del PT, indicó que el uso de mamíferos marinos en espectáculos fijos o itinerantes representan una forma de violencia normalizada hacia seres sintientes, que sufren, que desarrollan vínculos sociales profundos y que han sido reducidos a meros objetos de entretenimiento. “Su explotación con fines comerciales tiene efectos devastadores en los ecosistemas marinos; por eso el PT votará en favor de los derechos de la naturaleza”, agregó.

Por Movimiento Ciudadano, la senadora Tabita Ortiz Hernández, consideró que la reforma posee sensibilidad y es una “victoria para el sentido común” porque México no puede seguir permitiendo que existan espectáculos basados en el sufrimiento; “hoy, con esta reforma, damos un paso claro hacia el respeto a la vida animal”, concluyó.

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