Ke Huy Quan nos ha conquistado a todos con su humildad y su desbordante y sincera felicidad tras ganar el Oscar al mejor actor secundario por Todo a la vez en todas partes. Supone además para él un regreso triunfal tras muchos años en el olvido después de cosechar algunos éxitos cuando solo era un niño en Indiana Jones y el templo maldito o Los Goonies.
Si había alguien con muchas ganas y razones para celebrar en la noche del domingo en la after-party que organiza Vanity Fair, ese era él. Y así lo hizo, despejándonos además la incógnita sobre lo que se elige para brindar después de ganar un Oscar.
El actor nacido en Saigón posó con la inconfundible botella de Don Julio 1942, uno de los tequilas más codiciados del mundo. Lo es porque se produce en pequeños lotes, se añeja un mínimo de dos años y medio y actualmente tiene un precio de en torno 200 euros la botella, lo que no es obstáculo para que se venda como las rosquillas calientes, especialmente en Estados Unidos, donde se le rinde pleitesía (en España también cada vez está más valorado).
En su elaboración se sigue la filosofía del fundador de la casa, Julio González-Frausto Estrada, un humilde granjero de las tierras altas de Jalisco que perfeccionó durante más de cuatro décadas el cultivo del agave azul, que precisa de siete años para madurar, y la elaboración del preciado líquido, primando siempre la calidad sobre la cantidad. Don Julio 1942 es probablemente la máxima expresión de ese esfuerzo, que toma su nombre del año en el que González puso en marcha la destilería.
Lo que más destaca de él es su suavidad, por lo que es la mejor opción para adentrarse en el complejo y rico mundo de este fascinante destilado. Extremadamente refinado, ofrece aromas prolongados de vainilla y roble, con matices de nueces y fruta tropical.
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