La edición especial del tequila Loco Puro Corazón rinde  homenaje a lo ancestral y a su origen

Retomar las tradiciones para convertirlas en un acto extraordinario es algo que tienen en común los artistas oaxaqueños Jacobo y María Ángeles y Loco Tequila.

Por ello, el fruto de la colaboración emprendida entre ellos para dar vida a la edición especial de Loco Puro Corazón no sólo es certero sino también orgánico, sin por ello resultar menos sorprendente.

Se trata de una botella pintada a mano que rinde tributo a la tierra que vio nacer al tequila Loco, El Arenal, Jalisco, a través del uso de la simbología zapoteca y la inspiración en la flora y fauna características del paisaje tequilero de esta región.

Técnica y cosmovisión ancestrales
Con casi 30 años de trayectoria en el arte popular, el taller Jacobo y María Ángeles, ubicado en San Martín Tilcajete, Oaxaca, se ha especializado en la producción de figuras talladas en madera de copal, llamadas Tonas y Nahuales.

A través de la maestría del tallado de figuras de madera, un oficio que ha sido heredado de generación en generación, y de la investigación de los símbolos precolombinos mesoamericanos y su entrecruce con el entendimiento textil tradicional, los artistas han logrado configurar un lenguaje, una estética y un estilo propios, que se trasladaron de la madera al cristal para esta colaboración con Loco Tequila.

“Lo que necesitas es el sentido de pertenencia, de tu lugar, para crecer en el mundo, para sentirte orgulloso de tu cultura”, afirmó Jacobo Ángeles.

Inspiración por el origen
Coyotes, caminos, agaves, pescados y semillas, entre otros elementos naturales, conforman una iconografía única que se plasma a través de geometrías que atrapan la mirada de quien se encuentra frente a esta edición especial de la botella de Puro Corazón, la cual está limitada a sólo 50 unidades.

“Una de las cosas que más me inspiran es la naturaleza, es el mismo pueblo donde vivo, la cultura, las tradiciones… hasta el clima”, expresó María Ángeles.

De pasiones y locuras
Producir un tequila de primer nivel, con abolengo, no es sencillo, pues se requieren varias etapas, cuidadosamente trabajadas, para lograr una bebida con el grado de complejidad presente tanto en Loco Tequila Blanco como en Puro Corazón.

Para obtener una botella con el líquido más refinado del mercado hay que tomar decisiones que para otros productores podrían parecer una locura, como realizar una selección de únicamente los mejores agaves del terruño y hacer una doble jima para dejar la piña sin restos de hoja. Aunque este proceso asegura que los componentes amargos de las bases de las hojas o pencas no sean transferidos a la producción, también significa perder un porcentaje importante del peso de las plantas, y, por lo tanto, aumentar el costo, un riesgo que estuvieron dispuestos a correr, pues el impacto en la calidad se justificaba.

“Para nosotros ser Loco también es esa virtud única que nos lleva a crear cosas extraordinarias”, aseguraron los artistas.

Entre transparencias y brillos
Al igual que la botella que lo contiene, Puro Corazón es un destilado que se distingue por su transparencia, limpieza y claridad, así como por sus finos destellos que recuerdan al brillo de los diamantes y otras piedras preciosas.

De una expresión aromática fresca al inicio, que va de la menta y el eucalipto al perfil herbáceo del agave fresco, con algunos acentos dulces de melaza, piloncillo y dulce de calabaza, este tequila hecho 100 por ciento de agave tequilana Weber variedad azul proveniente de El Arenal, Jalisco, cuenta también con sutiles notas cítricas de limón verde y flor de limón, que culminan en notas minerales, que recuerdan a la tierra mojada o de lluvia recién caída.

Finalmente, predominan las sensaciones sedosas y aterciopeladas en el gusto, acompañadas de una notable frescura cítrica y herbal, así como de una sutil pungencia en un retrogusto de duración media.

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